Muchas encuestas confirman que un número preocupante de empleados en los países desarrollados está descontento con sus trabajos. En Estados Unidos, por ejemplo, apenas un 45 % de los encuestados dice estar satisfecho con el empleo que tiene. Por otra parte, los niveles de estrés y agotamiento están aumentando como consecuencia de más horas dedicadas al trabajo y mayores exigencias hacia los empleados. El buen rendimiento se da por supuesto, pero no está reconocido.