Para entender bien el mito del emprendedor, es preciso comprender cómo se llega a ser un emprendedor. Normalmente, el emprendedor trabaja para otros y lleva a cabo tareas de tipo técnico. Pero, un buen día, se despierta preguntándose: “¿Por qué estoy trabajando para tal persona?” A lo que añade: “Si conozco el negocio tanto como mi empleador, ¿por qué conformarme con mi sueldo cuando podría ganar tanto como él?”