Los sicarios económicos son profesionales muy bien remunerados que engañan a países de todo el mundo. Su trabajo consiste en desviar dinero a través de organizaciones como el Banco Mundial, la Agencia norteamericana para la ayuda Internacional (USAID) y otras agencias similares controladas por Estados Unidos, hacia grandes corporaciones y hacia un puñado de familias pudientes que controlan los recursos naturales.